La infección tuberculosa latente (ITBL) es un importante problema de salud pública en Estados Unidos.
Aunque a menudo queda eclipsada por los casos de tuberculosis (TB) activa, que acaparan la mayor parte de la atención de los medios de comunicación y los recursos sanitarios, la ITBL plantea un reto importante al sistema sanitario y a la política de salud pública. La ITBL se caracteriza por la presencia de Mycobacterium tuberculosis en el organismo de una persona sin manifestaciones clínicas de enfermedad activa. Aunque asintomática, esta afección puede acabar convirtiéndose en tuberculosis activa si no se trata. Las implicaciones más amplias de la ITBL en términos de coste para el sistema sanitario estadounidense son complejas y polifacéticas, y suscitan debates críticos sobre la prevención, el tratamiento y las estrategias de salud pública.
Entender la LTBI y su epidemiología
Para apreciar la carga económica asociada a la ITBL, es vital comprender primero su epidemiología. Según el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)Se calcula que en EE.UU. hay 13 millones de personas con LTBI. Los factores de riesgo de la LTBI incluyen la inmigración reciente de países con alta carga, sistemas inmunológicos comprometidos y contacto cercano con individuos que están activamente infectados. Además de ser un problema de salud pública, no se puede subestimar el impacto económico de la gestión de la LTBI.
Costes sanitarios directos
Los costes sanitarios directos asociados a la LTBI incluyen el cribado, el diagnóstico y el tratamiento. En los EE.UU., las dos pruebas principales utilizadas para detectar la LTBI son la prueba cutánea de la tuberculina (TST) y los ensayos de liberación de interferón-gamma (IGRA). Estas pruebas pueden costar entre $20 y $100 por paciente. Si se añaden las consultas de seguimiento, las radiografías de tórax y las pruebas diagnósticas adicionales, el coste basal total de la evaluación inicial de la LTBI puede ascender rápidamente a varios cientos de dólares por individuo.
Una vez diagnosticada, el tratamiento de la ITBL suele consistir en una pauta de isoniazida o rifapentina durante un periodo de seis a nueve meses. El coste de estos medicamentos puede oscilar entre $500 y $1.000 por ciclo, dependiendo de diversos factores como la cobertura del seguro, la elección de la farmacia y la adherencia del paciente al régimen prescrito. En el contexto del gran número de personas con ITBL, estos costes se acumulan de forma significativa, lo que supone una carga tanto para el sistema sanitario como para los pacientes.
Costes indirectos
Más allá de los gastos sanitarios directos, existen importantes costes indirectos asociados a LTBI. Entre ellos se incluyen la pérdida de productividad debida a la enfermedad, los costes asociados a las bajas laborales de los pacientes para acudir a las citas médicas y, potencialmente, los costes sociales del tratamiento de las complicaciones sanitarias derivadas de una ITBL no tratada. La carga económica estimada debida a la pérdida de productividad debida únicamente a las enfermedades tuberculosas asciende a miles de millones de dólares anuales.
Además, están los costes asociados al rastreo de contactos y a los programas preventivos destinados a controlar la propagación de la TB. Los departamentos de salud pública se dedican activamente a notificar a las personas que pueden haber estado expuestas a casos de TB activa. Este proceso implica investigaciones epidemiológicas, cribado y seguimiento, todo lo cual requiere una importante asignación de recursos.
Implicaciones para la salud pública
Las implicaciones de la LTBI para la salud pública van más allá del individuo y afectan a la salud de la comunidad, la estabilidad económica y la seguridad pública en general. Los CDC hacen hincapié en la importancia de abordar la LTBI no sólo para prevenir la progresión a TB activa, sino también para reducir el riesgo de brotes. Los costes asociados a un brote de TB pueden ser astronómicos, como se ha visto en múltiples estados durante la última década. La gestión de un brote requiere amplias intervenciones de salud pública, incluido el aislamiento de las personas infectadas, las pruebas de detección masivas y una mayor educación de los profesionales sanitarios.
Factores socioeconómicos y disparidades
También es crucial tener en cuenta las disparidades socioeconómicas que influyen tanto en la prevalencia de la LTBI como en la adherencia al tratamiento. Las comunidades con un nivel socioeconómico más bajo a menudo tienen tasas más altas de LTBI debido a un acceso inadecuado a la asistencia sanitaria, malas condiciones de vida y viviendas hacinadas. Esta situación agrava la carga sobre el sistema sanitario, ya que estas comunidades pueden tener dificultades para participar en el cribado proactivo o en el tratamiento de seguimiento.
Los esfuerzos para abordar las desigualdades sanitarias deben incluirse en los debates sobre el coste de la LTBI. Será necesario invertir en iniciativas de salud comunitaria, incluidos programas de divulgación y servicios sanitarios culturalmente competentes, para reducir las tasas de ITBL en las comunidades de riesgo. Aunque requieren recursos financieros iniciales, estas inversiones pueden reducir los costes a largo plazo asociados con el tratamiento de los casos de TB activa y la pérdida de productividad.
Conclusión
El coste de la infección tuberculosa latente para el sistema sanitario estadounidense es considerable, ya que abarca gastos directos e indirectos, implicaciones para la salud pública y disparidades sanitarias exacerbadas. A medida que el país siga afrontando las complejidades de la gestión de la tuberculosis, incluidos los retos que plantean las cepas farmacorresistentes y la pandemia de COVID-19, será fundamental reevaluar las prioridades y asignar los recursos adecuados a la prevención y el tratamiento de la ITBL. Las inversiones estratégicas en iniciativas de salud pública podrían, en última instancia, reducir la carga de la LTBI, no sólo beneficiando a los pacientes individuales, sino también mejorando la resiliencia de la comunidad y la seguridad sanitaria nacional a largo plazo. Al reconocer y actuar sobre los costos multifacéticos y las implicaciones de la LTBI, los EE.UU. pueden priorizar un marco de salud pública más eficaz y equitativo que fomente el control completo y sostenible de la TB.
