La tuberculosis es una enfermedad que sigue afectando a la salud pública en todo el mundo, a pesar de la idea errónea de que es una reliquia del pasado.
Causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosisLa tuberculosis afecta principalmente a los pulmones, aunque puede afectar a cualquier parte del cuerpo, incluidos los riñones, la columna vertebral y el cerebro. Comprender la situación actual de la TB, sus clasificaciones y las implicaciones para la salud pública es crucial para hacer frente a este persistente desafío.
Clasificación de la tuberculosis
La tuberculosis se clasifica en dos tipos principales: infección tuberculosa latente (ITBL) y enfermedad tuberculosa. La infección tuberculosa latente se produce cuando una persona está infectada por la bacteria de la tuberculosis pero no presenta síntomas y no puede transmitir la bacteria a otras personas. De hecho, se calcula que aproximadamente una cuarta parte de la población mundial tiene TB latente, lo que significa que son portadores de la bacteria sin estar enfermos. Sin embargo, sin tratamiento, aproximadamente entre 5 y 10% de estas personas desarrollarán la enfermedad de la tuberculosis activa en algún momento de su vida.
En cambio, la tuberculosis activa se caracteriza por síntomas como tos persistente, dolor torácico, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos. Esta forma de TB es contagiosa; se propaga por el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, liberando gotitas que contienen la bacteria en el ambiente. Quienes inhalan estas gotitas pueden infectarse, dando lugar a un ciclo de transmisión que plantea importantes riesgos para la salud pública.
Estado actual de la tuberculosis
A pesar de los importantes avances de la medicina y la salud pública, la tuberculosis sigue siendo un problema acuciante. En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que aproximadamente 13 millones de personas viven con TB latente. Esta estadística es especialmente alarmante si se tiene en cuenta que, sin el tratamiento adecuado, aproximadamente 1 de cada 10 de estas personas acabará desarrollando la tuberculosis activa.
En 2022, los EE.UU. notificaron más de 8.000 casos de TB activa, lo que marca una tendencia preocupante en un país donde la TB había disminuido anteriormente. Además, la TB es reconocida como la segunda causa de muerte infecciosa a nivel mundial, después del COVID-19, y se sitúa como la decimotercera causa de muerte en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de que, en 2021, se estima que se produjeron 10,6 millones de nuevos casos de TB y 1,6 millones de muertes relacionadas con la TB. Estas cifras ponen de relieve la relevancia permanente de la TB como un problema de salud pública que no puede pasarse por alto.
Estrategias de tratamiento y prevención
Afortunadamente, existen opciones de tratamiento eficaces tanto para la infección tuberculosa latente como para la enfermedad tuberculosa activa. Para las personas diagnosticados de LTBIEl tratamiento suele consistir en una pauta de antibióticos durante varios meses. Este enfoque proactivo es crucial para prevenir la progresión a tuberculosis activa, reduciendo así el riesgo de transmisión a otras personas.
En el caso de la tuberculosis activa, el tratamiento es más intensivo y suele consistir en una combinación de antibióticos durante un mínimo de seis meses. El cumplimiento de la pauta terapéutica es vital, ya que un tratamiento incompleto puede dar lugar a cepas de tuberculosis farmacorresistentes, lo que complicaría el tratamiento en el futuro y aumentaría el riesgo de brotes.
Los profesionales sanitarios desempeñan un papel fundamental en el diagnóstico y el tratamiento de la tuberculosis. Toda persona que presente síntomas de TB o que haya dado positivo en una prueba de TB debe someterse a una evaluación exhaustiva por parte de un profesional sanitario. La detección y el tratamiento precoces son fundamentales para controlar la propagación de la enfermedad y garantizar el éxito de los pacientes.
Desafíos en el control de la TB
A pesar de la disponibilidad de tratamientos eficaces, varios retos dificultan los esfuerzos de control de la TB, especialmente en las poblaciones vulnerables. Los determinantes sociales de la salud, como la pobreza, la falta de acceso a la atención sanitaria y las condiciones de hacinamiento, contribuyen a una mayor incidencia de la TB en determinadas comunidades. Además, el estigma que rodea a la TB puede impedir que las personas busquen atención médica oportuna, perpetuando aún más el ciclo de transmisión.
Además, la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en los esfuerzos de control de la TB. Las alteraciones en los servicios sanitarios, incluidos los programas de detección y tratamiento, han provocado un descenso de los diagnósticos de TB y un aumento del número de casos no detectados. La pandemia puso de relieve la interconexión de los problemas sanitarios mundiales y la necesidad de una respuesta coordinada a las enfermedades infecciosas.
El camino a seguir
La eliminación de la TB en los Estados Unidos sigue siendo un objetivo alcanzable, pero requiere esfuerzos concertados por parte de los profesionales sanitarios, los funcionarios de salud pública y las comunidades. Aumentar la concienciación sobre la TB, mejorar el acceso a los servicios de diagnóstico y garantizar que las personas completen sus regímenes de tratamiento son componentes críticos de una estrategia eficaz de control de la TB.
Las campañas de salud pública destinadas a educar al público sobre la TB, sus síntomas y la importancia del diagnóstico precoz pueden ayudar a desestigmatizar la enfermedad y animar a las personas a buscar atención médica. Además, las intervenciones dirigidas a las poblaciones de alto riesgo, como las personas sin hogar, los inmigrantes y las personas con sistemas inmunitarios debilitados, son esenciales para reducir la carga de la tuberculosis.
Conclusión
En conclusión, la tuberculosis dista mucho de estar erradicada; sigue siendo un importante reto sanitario mundial que exige atención y acción. Con millones de personas que viven con una infección de tuberculosis latente y miles de nuevos casos de tuberculosis activa notificados cada año, la necesidad de estrategias eficaces de prevención, diagnóstico y tratamiento es más crítica que nunca. Si comprendemos cómo nos afecta la tuberculosis hoy en día y abordamos los determinantes sociales de la salud subyacentes, podremos trabajar para conseguir un futuro en el que la tuberculosis deje de ser una amenaza para la salud pública. El objetivo de eliminar la tuberculosis está al alcance de la mano, pero requiere un esfuerzo unificado para garantizar que todas las personas en situación de riesgo tengan acceso a la atención que necesitan. Para obtener más información sobre la tuberculosis y los recursos para su prevención y tratamiento, las personas pueden visitar organizaciones como los CDC y el Asociación del Pulmón.